jueves, 17 de marzo de 2011

TORRES




Fragmento de entrevista a Roberto Goycoolea Prado, director de la Facultad de Alcalá de Henares, España


–En Buenos Aires, muchos vecinos se resisten a la construcción de torres porque afectan la fisonomía de los barrios de casas bajas, ¿cómo debería abordarse este fenómeno?
El fenómeno de las plusvalías inmobiliarias es lo que más ataca no solo a los centros históricos sino a la ciudad en general. Hay que plantear qué tipo de ciudad se quiere, y las torres representan un tipo de ciudad que no se ha mostrado más eficiente que ciudades con alturas de 8 a 10 plantas. No ha traído beneficios de ningún tipo: no son más baratas de construir, al contrario. Es mucho mejor una ciudad en alta densidad con baja altura que una ciudad con torres. Porque las torres generan presiones sobre el entorno: se destruye un paisaje, una intimidad, una manera de vivir, se generan conos de sombras… Las torres son el prototipo de una ciudad neoliberal, donde el Estado ha dejado en los particulares el control del espacio público, lo cual es un disparate. Hay que tener en cuenta que la ciudad es pública y es de todos, no puede quedar en manos de un especulador sumado a unos funcionarios corruptos. El ciudadano tendría que poder decidir sobre lo que pasa en su barrio, porque lo que ocurra 30 metros más allá de su casa también es su barrio, no es el barrio del político. Esa es una idea que se impuso en los últimos años, la de considerar a la ciudad solo como un bien económico y no como un bien social, que es en definitiva lo que es.

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